Las Medallas que no les puede quitar nadie…

Por Samuel Alejandro.

 

Muy a pesar nuestro, van pasando los días y se acumulan las decepciones y las sorpresas, que para mal, nos han impedido escalar la tabla del medallero en las Olimpiadas Rio de Janeiro 2016. No obstante, la confianza persiste y el orgullo de ser cubano se hace evidente durante cada presentación de nuestra delegación, tanto para los que compiten, sudan y se sacrifican, como para los que expectantes, nos comemos las uñas ante la pantalla del TV. ¡Esos somos los verdaderos!

Un tanto más a la retaguardia; mucho más atrás, van quedando aislados los que ocultos de la vista del pueblo y arrastrándose entre  los más bajos principios éticos compiten contra ellos mismos para alcanzar mezquinos objetivos y empañar el esfuerzo de quienes no tranzan ante recomendaciones mal intencionadas que nos invitan a la amnesia histórica.

Esos, los que comprometen el bienestar y el futuro de una sociedad llena de escollos pero enfocada; de una juventud inquieta pero comprometida; de una intelectualidad en revolución, objetiva y trasformadora; de médicos consagrados; de atletas carentes pero esperanzados; esos que por el solo ánimo de lucro manipulan discursos plañideros, fabrican huelgas de hambres inexistentes y denuncian golpizas ficticias para arrastrar a su Patria a crisis diplomáticas y acusaciones internacionales injustas, sin dudas, a esos: ¡Las Medallas de la Inmoralidad, no se las puede quitar nadie!