PROMETO QUE LA VERDAD NO ME LA CALLO

domingo, 13 de octubre de 2013

La invidencia de los videntes.


Quienes continúan pretendiendo hacer del Coco Fariñas un líder dentro de Cuba, no solo pierden su tiempo, sino también su dinero.

No se entiende que agencias, organizaciones, fundaciones y “personalidades internacionales” imperialistas, de aparente prestigio moral, persistan en vender al mundo “un producto antigubernamental viable para Cuba” como hacen con el impopular Guillermo Fariñas Hernández, cuando en realidad este personaje no logra aglutinar en su entorno más que un puñado de antisociales y discapacitados mentales que proyectan una pésima imagen ante la sociedad, no solo por lo que son, sino también por lo que hacen a expensas del prestigio moral de su propio pueblo.


Ver como montan una escena pública ante cualquier ineficiencia casuística, ya sea sobre la salud, el abasto de agua o los salarios de los trabajadores ha dejado en la población el sabor amargo que produce en los hombres la idea de ser utilizados para una causa mezquina.



¿Qué han hecho estos paladines de los derechos de pueblo para que mi Salud Pública sea más eficiente?¿Cuánto ha donado Guillermo Fariñas de sus 50 000 Euros del Premio “Andrei Sakjarov” para comprar sillones de rueda  o medicamentos deficitarios?¿A cuántos trabajos voluntarios han asistido estos vagos vitalicios para mejorar las condiciones de vida de esta ciudad?¿Por qué reclaman salarios justos quienes nunca firmaron una nómina laboral?


Llamar  “turbas castristas entrenadas” o “paramilitares vestidos de civil” a quienes los repudian, es sencillamente el único recurso que les va quedando a estos insignificantes personajes para tratar de alimentar la risible esperanza de que algún día nuestro pueblo los acoja como parte de este. No ver esta realidad es un hecho que trasciende la invidencia de un ciego para rosar con la estupidez.  


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